El precio del suelo radiante se calcula por metro cuadrado, por lo que varía en función del tamaño de la vivienda y también de los elementos que utilicemos o la tipología que queramos instalar.
Además, influyen otros factores como si la instalación se realizará en una vivienda de nueva construcción o una reforma donde tendremos que levantar el suelo.
Un factor importante a la hora de determinar cuánto cuesta el metro cuadrado de suelo radiante, es la elección de los componentes.
En LEXA Fontanería te proporcionamos todos los elementos necesarios para instalar un suelo radiante y/o un suelo radiante refrescante mucho más ecológico, con garantías de mayor ahorro y bienestar.
Los paneles de suelo que se utilizan en cada instalación son importantes a la hora de determinar cuánto cuesta el metro cuadrado de suelo radiante, en Enertres podrás escoger entre diferentes modelos de alta calidad con garantías de mayor ahorro y bienestar.
Existen diferentes opciones como el panel liso desde 22 mm hasta 59 mm de espesor o el panel moldeado desde 42mm hasta 62mm con grafito.
La diferencia de precios entre uno y otro, varía unos 10 €/m2 dependiendo del grosor.
También hay una variada gama de termostatos para suelo radiante y dos modalidades de tubería para suelo radiante: multicapa o polietileno.
La instalación de suelo radiante suele costar entre los 50 €/m2 y 80 €/m2 con la instalación completa.
Si ponemos como ejemplo un supuesto en un piso de unos 150 m2, el precio de poner suelo radiante podría rondar entre los 7.500 € y 12.000 € ya instalado.
En la siguiente tabla podremos ver precios orientativos del precio del metro cuadrado de suelo radiante, tomando como ejemplo una media de 50€/m2 sin incluir el mortero u otros gastos de la instalación.
Tamaño | Precio |
70 m2 | 3.500€ |
90 m2 | 4.500€ |
120 m2 | 6.000€ |
190 m2 | 9.500€ |
220 m2 | 11.000€ |
Debemos ser conscientes de que el suelo radiante va a depender de una fuente externa de energía, como puede ser una caldera o un sistema de geotermia o aerotermia.
Al combinarlo con otros sistemas de calefacción sostenibles como la geotermia, el precio de la instalación de suelo radiante va a ser más elevado.
Aunque también nos va a permitir ahorrar aún más en nuestras facturas y a nivel energético, por lo que se convierte en una de las mejores opciones para obtener la máxima eficiencia energética.
Como comentamos, en el precio de la instalación de suelo radiante, influye si la vivienda está ya construida y se trata de una reforma o es de obra nueva.
Los costes se verán incrementados si tenemos que levantar el suelo, ya que la instalación implica colocar una capa aislante, tuberías y cemento especial bajo el suelo lo que incrementará el coste unos 18 €/m2.
El precio del suelo radiante en sí, oscila entre unos 55 a 65 €/m2, dependiendo del suelo que se quiera instalar encima puede aumentar el doble de su valor.
Por ejemplo, si elegimos parqué el precio es elevado porque se trata de una loseta especial de cerámica que imita el parqué y que transmite muy bien el calor.
Esto implica que los gastos del presupuesto pueden oscilar al tener que sumar estos otros gastos en caso de que sea necesario.
Por eso es importante un estudio energético previo para obtener un presupuesto adaptado a las necesidades de nuestro hogar.
Como hemos visto a lo largo de este artículo, el suelo radiante es el mejor sistema de climatización que existe en la actualidad, pero es conveniente tener en cuenta algunas consideraciones para saber si es el sistema que más nos conviene en nuestra vivienda.
Si estás pensando en una vivienda de nueva construcción, los costes se verían reducidos si lo comparamos a una vivienda ya construida que requiera una reforma integral en la que haya que levantar el suelo de la vivienda.
Puede que además no dispongas de la altura suficiente, en éste caso existe la opción de colocar suelo radiante seco de bajo inercia térmica Enertres Enerdry.
Instalar suelo radiante en tu vivienda es una buena opción si tienes poco espacio y quieres aprovechar el que tienes. Además, si hay personas alérgicas en el hogar se convierte en la mejor alternativa debido a que evita corrientes de aire y por lo tanto la circulación de ácaros o microorganismos en el ambiente.
Si se trata de tu vivienda habitual o una de alta ocupación, se convierte en la alternativa más aconsejable, aunque deja de serlo en segundas viviendas. Esto es debido a su elevada inercia térmica, que hace que cueste más calentar la vivienda y supondrá un gasto extra en el consumo energético.